jueves, 31 de mayo de 2012

5) Episodio 4. Nicolás contra los fragmentos


Episodio 4. Nicolás contra los fragmentos
         


    Entonces cuando termina el programa de Fantino me duermo pensando en lo transcurrido durante el día. Sueño con vos, con tu partida, con tu celular, con Paolosky hablando en canal 13 al que le responde el Coco Silly en canal 11 (resulta que canal 13 era partidario de la República de Palermo pero Canal 11 se oponía, ambos por razones que nunca me importaron porque yo de política no hablo en la mesa, prefiero hablar de comida o de mujeres, que es lo mismo). Sigo soñando… con los libros, con Nicolás, con la avenida Juan B. Justo que se inunda porque pasa un arroyo de mierda que ya pasaba desde la época de Sarmiento, y me levanté gritando ¡Cómo puede ser que haya gente con canoas en pleno corazón de la República de Palermo!
         Sobresaltado y transpirado salgo al balcón gritando ¿¿Dónde estás??
         Una voz me responde “Acá”.
         Le digo “Vos no”.
         Me dice “Perdón”
         Replico “Okey”
         Culmina “Todo bien”
         Y como la transpiración me da frío en el balcón vuelvo a entrar. Una vez adentro me doy cuenta que el problema no son las canoas, el problema es el arroyo. Me duermo nuevamente. Al despertar ya sé que el problema tampoco es el arroyo, sino la ciudad entera; el problema no es tu celular, ni la noticia de la tele, ni tu partida, ni ningún otro fragmento. El problema es el relato, lo que une los fragmentos. Escucho la voz del balcón que grita pero no entiendo qué dice. Abro la ventana para entender. Dice “lo que une los fragmentos”.
         Me siento en la notebook, y googleo ¿”Qué es lo que une los fragmentos”? La respuesta de la web es Plasticola®


(Continúa: Episodio 5. Nicolás en la librería contra Los conjuntos de Julia)

4) Episodio 3. Nicolás contra la Totalidad


Episodio 3. Nicolás contra la Totalidad
         

          Si mientras me llevo la literatura por delante no me detiene Nicolás y no me detiene la Autoayuda, sólo me queda un obstáculo: el Mundo. Voy y lo re cago a trompadas –pienso. Ah, pero eso no se puede, no soy comunista. Entonces, mientras guardo los libros de Autoayuda en mi biblioteca, porque ya los compré -¡No los pienso tirar!- vuelve a andar la tele y como ya es de noche está el programa de Fantino lleno de bellezas, entonces observando la belleza me olvido de todo. De repente, vencí el tercer obstáculo: me olvide de la totalidad.

jueves, 17 de mayo de 2012

3) Episodio 2. Nicolás contra la Autoayuda


Episodio 2. Nicolás contra la Autoayuda



Pienso en esta verdad fundamental de que “el primer obstáculo es uno mismo”, voy a una librería de mierda y me compro veinte libros de autoayuda para entender mejor cómo funciona la Era de la Boludez. Se me ocurre un nuevo argumento: voy a escribir sobre un Quijote del Siglo XXI, uno que en lugar de leer todos los libros de caballería, creerse caballero, y salir a luchar contra molinos de viento y otras ánimas, proteger a las damas más fermosas, arreglar agravios y enderezar entuertos, lee todos los libros de Autoayuda y sale al mundo como si la realidad fuera la que describen esos bellos manualcitos de recetas para vivir.
El tipo saldría con una sonrisa a dar energía y buena onda a los travestis del Once, a dar ruido y comercio a los tranquilos de Boedo, iría en rollers hasta Flores a Iluminar el Ángel Gris de Dolina, pero no. El Quijote de Autoayuda me distraería del argumento que sos vos. Al darme cuenta que el argumento es buscarte a vos y no a mí ni a la literatura, venzo el segundo obstáculo: la autoayuda.