jueves, 26 de abril de 2012

2) Episodio 1. Nicolás contra Nicolás



(Viene de Introducción




Como yo sé que comienza la Odisea espero algo que me dé cuenta del designio divino: sea un Genio en una botella de Malbec, una adivina con su Smartphone, un Gurú massmediático que se acerque, Virgilio de última… no, nada… salgo a la calle entonces.
Si la aventura no viene a mí, si no hay presagios, saldré a su encuentro. Me falta un Sancho también, pero en la República de Palermo prefiero andar sólo. Entonces cruzo la avenida Juan B. Justo por Charcas y pasa Nicolás por la vereda de enfrente. Nicolás soy yo, pero no lo saludo porque el argumento era buscarte a vos. Ya vencí el primer obstáculo, uno mismo.

1) Introducción a La Odisea posmoderna de Nicolás Milanesi


Mirá, yo no te voy a mentir, es así. Lo que pasa es que las cosas son…
Tengo tanta razón, soy el más lindo y se agarrarte contra la pared, pero la novela no va a salir así de una. Nivola a lo sumo, pero no more novela for you nena. Fuiste la protagonista de Tsunami-Chic.
Desde la primera que sos la segunda, pero te quiero. ¿Sabías que Unamuno se murió repentinamente como quien muere en la guerra, pero contra sí mismo? Lo dijo Machado, pero vos sos un Tsunami de mujer.
Es que hay intenciones buenas, pero de intenciones no se vive, ¿O sí? Vos estás siempre tan viva, tan Argentina.
Creo que dejé de creer; por eso viene esta parte. Tomá Coca-Cola.
Soy el rompecabezador, el que desarma para que tenga sentido, dame un papel. Un rol. Un rolls royce. Te voy a seguir partiendo la cabeza, como siempre. Te desarmo porque te gusta, es lo que hacemos, es mi rol. No hago ficción, construyo realidad. Tiro de las cuerdas, juego con las piezas, y vos sos tan de Buenos Aires…
Quiero quererte. Pero me conformo con que tomes Coca-Cola. Hace frío en Buenos Aires y es Lunes 1.15 am.
El más acá está tan cerca, y vos también. Estamos tan en la misma, tan terrenales, tan pragmáticos. Pero vos sos un Tsunami. Sos inundante. Sos todas. Divina.
Es la carta para comenzar. Barajar, y dar de nuevo. Quiero re-comenzar, te voy a re-estrenar cada día, cada Lunes en el barrio de Palermo.
Trolita, tampoco creo que me salga una canción: dame tu quilombo y lo hago acorde, armonioso, los osos son mimosos y yo soy hermoso. Es que los noventa nos quemaron la cabeza.
El asunto es que estábamos cansados, como siempre, con una sensación de hastío muy Aristopop. Estabas acostada destacando singularidad pura, alejándote de la rutinaria cultura de masas, destacabas aura entre tantos Ford-T aburridos, entre tantas personas producidas en cadena, aunque a veces sale gente just-in-time porque ya somos muchos en el mundo. Estabas siendo vos misma cuando irrumpió el acontecimiento en nuestra querida Argentina y lo vimos por televisión: era el presentador del noticiero de canal 13, ese que cuenta chistes malos y tiene un poco de barba, que narraba torpemente la nueva realidad. Un cambio cosmológico. Se había decretado el nacimiento de la República de Palermo. Yo, borracho, no me sorprendí… dije “es totalmente esperable que esto suceda, si en éste país ya ni siquiera se puede invertir en petróleo con tranquilidad, te expropian”.
“Una asamblea general constituyente ha decretado el viril surgimiento de la República de Palermo, lugar donde las instituciones serán seguras, las plazas tendrán flores, los niños serán Republicanos y las mujeres harán Yoga a diario antes del cierre del Merval” agregaba Paoloski, el presentador del noticiero.
Apago la tele, grito Viva la Libre Empresa, y me tiro a dormir arriba tuyo.
Me despierto el mismo Lunes, pero al mediodía. No estás. Entonces desayuno sólo, algo salado, y me acuerdo la noticia de canal 13. Prendo la tele. No anda. Agarro tu teléfono, miro las noticias en la pantalla. Efectivamente, el acontecimiento era real. Se lee un titular en la web del diario Clarín que dice “Astrólogos aseguran que comenzó la Era de la Boludez”.
No es ninguna novedad -pienso internamente. Me aburro, no llego ni a la mitad de la noticia, y te extraño. Qué raro que dejó el celular.
         Ahora que te fuiste ya tengo argumento: buscarte. Comienza la Odisea. 




(Continúa Episodio 1. Nicolás contra Nicolás )